terça-feira, abril 27, 2010

Eloísa Está Debajo De Un Almendro

“Pensé que cuanto llevaba escrito, solo o en colaboración, era repugnante y mugriento; que, contra la indomable repugnancia que me causaba lo dramático, empecé a adorar lo cómico, pero de cierto modo.”
Esta frase foi escrita por Enrique Jardiel Poncela, um escritor espanhol do século XX, mais conhecido pelas suas peças de teatro cómico, e que desta arte foi expoente máximo. Escreveu-a a propósito do ano de 1927, onde decidiu começar a escrever humor de uma forma “nova”. A peça “Eloisa Está Debajo de un Almendro” é um dos melhores resultados deste novo humor.

Assim começa (num cinema de bairro):

“ESPECTADOR 4º - ¡Vaya mujeres! (Al otro) ¿Has visto?

ESPECTADOR 5º - ¡Ya, ya! ¡Qué mujeres! (Hacen mutis por el foro lentamente.)

ESPECTADOR 6º - ¡Vaya mujeres! (Se va por el foro.)

ESPECTADOR 1º - ¡Menudas mujeres!

ESPECTADOR 2º - (Al 1º) ¿Has visto qué dos mujeres?

ESPECTADOR 1º - Eso te iba a decir, que qué dos mujeres… (Se vuelven hacia el ESPECTADOR 3º, hablando a un tiempo.)

ESPECTADORES 1º y 2ª - ¿Te has fijado qué dos mujeres?

ESPECTADOR 3º - Me lo habéis quitado de la boca. ¡Qué dos mujeres! (Se van los tres por el foro.)

MARIDO - (Aparte, al AMIGO, hablándole al oído.) ¿Se da usted cuenta de qué dos mujeres?

AMIGO - ¡Ya, ya! ¡Vaya dos mujeres!

ACOMODADOR - (Mirando a las MUCHACHAS.) ¡Mi madre, qué dos mujeres!

ESPECTADOR 7º - (Pasando ante las MUCHACHAS.) ¡Vaya mujeres! (Se va por el foro.)

MUCHACHA 1ª - (A la 2ª, com orgullo y satisfacción.) Digan lo que quieran, la verdad es que la gracia que hay en Madrid para el piropo no la hay en ningún lado…

MUCHACHA 2ª - (Convencida también.) En ningún lado, chica, en ningún lado.”

Este prólogo é um suceder de quadros e ditos entre o riso puro e a ironia carregada, raiando o nonsense. Serve para introduzir dois personagens, Mariana e Clotilde, tia e sobrinha. Outros peresonagens surgirão, qual deles mais variopinto.
O enredo desta peça segue com curvas várias e sobressaltos múltiplos. Percebe-se que há um  mistério por resolver e caminhos cruzados que se vão entretecendo perante o espectador. Os personagens continuam a honrar o desnorte geral do texto, para gosto de quem assiste, ou lê, que foi o meu caso.

"DIMAS.-Señor...

EZEQUIEL.-Qué?

DIMAS.-(Sin atreverse a hablar por miedo de meter otra vez la pata.) Pues... Que...

EZEQUIEL.-Habla. Habla sin miedo. Acabo de contárselo todo a la señora y puedes decir lo que sea. ¿Qué? ¿Se ha muerto?

DIMAS.-Sí, señor. A los nueve minutos.

EZEQUIEL.-Pues ya sabes; ahora, a despellejarla con muito cuidadito.

DIMAS.-Sí, señor. (Se va por el foro izquierda otra vez.)

CLOTILDE.-(Levantándose, sin poder aguantar más.) ¡Esto ya no!

EZEQUIEL.-(Levantándose también.) Clotilde…

CLOTILDE.-¡Esto ya no lo resisto, y lo voy a decir a gritos, y a…!

EZEQUIEL.-(Cortándola.)Pero, Clotilde, cálmese. ¿A qué viene eso?

CLOTILDE.-¡Quitarles la piel!

EZEQUIEL.-Pero ¿cómo no voy a quitarles la piel? El móvil que me impulsa a obrar así, lo que yo persigo día y noche ahí encerrado (El foro izquierda.) es acabar com la pelagra.

CLOTILDE.-¿Y ésa quién es, alguna bailarina?"

Este teatro não é mais do que febril imaginação posta ao serviço do entretenimento. O  final é feliz, a harmonia é, percebe-se que temporariamente, reposta. Até à peça que se segue...
Enrique Jardiel Poncela morreu em 1946, arruinado e com um cancro da laringe. Alinhado vagamente com o regime franquista por circunstâncias menores, isto e o facto de ser um autor de teatro de humor que servia a evasão de Madrid nos duros anos do posguerra podem ter levado à sua tardia reabilitação. Que hoje está feita.

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