Longe de Veracruz
"Hace poco, en una presentación pública en Hungría en la que todo el mundo esperaba que leyera apartes de su Teoría de Budapest, Vila-Matas cambió programa y se dedicó a contarle al público lo que hay en cada uno de los números de la calle de París en donde está su hotel de siempre, y entonces habló de una farmacia, de una papelería, de la embajada de Siria, pero también de una extraña casa de la que nadie tiene noticia y que no aparece en ninguno de los registros de propiedad a los que se puede acceder por internet, y de la que no saben nada ni en la farmacia ni en la papelería y mucho menos en la embajada de Siria, pues nadie ha visto entrar o salir nunca a nadie.
En ese momento llegó a su cenit el estilo de narrar de Vila-Matas, pues a continuación dijo que se había dedicado a espiar la casa desde su cuarto de hotel, y descubrió que por las noches se encendía una luz en el segundo piso. Y ahí empezaron las cosas raras, pues en el libro que estaba leyendo irrumpió un personaje sirio que decía “camina despacio hasta la esquina, y corre”, y luego en el periódico del día leyó algo sobre un farmacéutico asesinado, y al volver a la ventana notó que alguien lo espiaba desde la papelería… La maldad de una calle, dijo, y aseguró que aún lo perseguían farmacéuticos y diplomáticos sirios.
Este es el mundo de Vila-Matas, un extraordinario universo de obsesiones y lecturas, y del modo en que éstas van dirigiendo una vida o la destruyen, como sucede en Sucidios ejemplares (que presenta por estos días en Roma) cada vez que alguien escucha un lejano tamborileo que seduce y atrae, y que resulta ser el tam-tam del país de los suicidas."
Este texto pertence a um jornalista colombiano de nome Santiago Gamboa e foi pescado na net. Define a estranheza que persiste ao longo de toda a escrita de Enrique Vila-Matas, barcelonês nascido a 1948, sucesso curiosamente precoce em Portugal e um pouco tardio em Espanha.
Longe de Veracruz, ed. Assírio & Alvim, é o seu 1º romance, e é um grande romance. Trata da vida de três irmãos, os Tenorio, relatada pelo aparentemente menos dotado dos três, e que - aos 27 anos - se declara velho e acabado, pelo que nenhum outro refúgio lhe resta do que... a literatura. Esta é apenas a 1ª das muitas ironias, sarcasmos, círculos e envios que bordam esta escrita cansada, enleante, depressiva, viciante.
Em Veracruz por uma única vez Enrique Tenorio foi feliz.
"Às vezes imagino que me vou embora.
Às vezes imagino que está a chegar a minha hora, que a polícia entra em casa e devo fugir pela porta das traseiras. Às vezes imagino o que me aconteceria se me interrogassem e o inspector me perguntasse por que disparei contra Deus em Veracruz".
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